El término Growth Hacking, popularmente famoso ya en Estados Unidos, ha ido cogiendo fuerza y terreno en el Marketing Online así como en el mundo de las Start Ups, o lo que es lo mismo, pequeñas empresas lideradas por emprendedores.
Su origen recae en un post del blog titulado "Start up Marketing", escrito por Sean Allis. Sin embargo, no fue hasta que Andrew Chen lanzó su artículo viral "How to be a Growth Hacker" cuando el concepto se puso en boca de todos. Actualmente, empresas que empezaron como pequeñas Start Ups como Facebook, Twitter, Dropbox, Instagram, LinkedIn o AirBnb, deben agradecerle mucho a esta nueva herramienta de marketing, pues sin ella probablemente no hubieran experimentado tal crecimiento y, aún menos, dicho éxito.
Para definir este concepto se puede emplear una combinación entre la analítica, capacidad de análisis, la creatividad, capacidad de innovar y la curiosidad, voluntad de descubrir cosas nuevas. En el contexto donde se utiliza el término, el objetivo último es hacer crecer el volumen de usuarios de las Start Ups de forma exponencial.
Es importante tener en cuenta que no consiste en una combinación de distintas técnicas, herramientas o métodos, sino en una nueva forma de ver, pensar, conceptualizar y, finalmente, atacar el mercado. Y es que, precisamente, esta innovación busca alejarse de la tradición de gastarse grandes sumas de dinero en marketing y otras técnicas para crecer, pues defienden que hay muchas otras formas de crecer que no requieren ninguna, o una mínima, inversión. Es por eso que es la solución perfecta para las pequeñas empresas que acaban de empezar, ya que su falta de recursos no les impide crecer y tener la posibilidad de triunfar en el mercado.
Como ya se ha comentado, se basa, principalmente, en combinar tres dimensiones: la analítica, la creatividad y la curiosidad. Aunque a priori puedan parecer mundos muy diferenciados, los tres se fusionan en un solo perfil muy solicitado hoy en día: el perfil del Growth Hacker. Sus características básicas son:
Así pues, tal y como se ha podido demostrar, el Growth Hacking es una auténtica combinación de marketing e ingeniería, apta y al alcance de todos. Únicamente hay que ser astutos y encontrar un perfil, o atreverse uno mismo, que reúna las tres características básicas y fundamentales. ¿La clave? Probar, analizar a conciencia las necesidades, objetivos de la empresa y atreverse a crecer. Si bien es cierto que este término se adapta como un guante a todos los modelos de empresa, no hay que olvidar su origen: las pequeñas Start Ups que quieren hacerse un sitio en el mercado y el mundo del Marketing Online sin tener que gastar una gran cantidad de dinero.
Imagen vía Tim Mossholder